Visitar un alfar de cerámica talaverana es descubrir el saber hacer de una tradición centenaria, y llevarse a casa como recuerdo una de sus afamadas piezas artesanales es poder disfrutar de un elemento decorativo útil, único...
viernes, 29 de mayo de 2009
Visitas esenciales
Visitar un alfar de cerámica talaverana es descubrir el saber hacer de una tradición centenaria, y llevarse a casa como recuerdo una de sus afamadas piezas artesanales es poder disfrutar de un elemento decorativo útil, único...
jueves, 21 de mayo de 2009
lunes, 18 de mayo de 2009
Últimos hallazgos
sábado, 16 de mayo de 2009
Grabado de la Plaza de Toros
Es pues una plaza con historia, con una historia pequeñita y poco importante, si nos ponemos las gafas de la trascendencia, pero entrañable y caliente, emotiva y cargada de bellos momentos si sabemos penetrar en esa dulce y amarga parcela lírica y contradictoria, que es el corazón, del hombre.
jueves, 14 de mayo de 2009
La Batalla de Talavera en Miniaturas
La maqueta representa una recreación de la Batalla de Talavera a través de más de 3000 figuras de plomo, así se puede ser testigo de los diversos regimientos que estuvieron presentes en la contienda, de igual modo se representa el aspecto real del terreno; para localizar cada uno de los puntos geográficos reales de la batalla, que tuvo lugar el 27 y 28 de julio de 1809.
Ferias de Mayo y Septiembre
miércoles, 13 de mayo de 2009
Fiestas y tradiciones
Fiesta de las Mondas: Su historia es prácticamente la misma que la de la ciudad. Fiesta de origen pagano en honor a la Diosa Ceres y posteriormente cristianizada. Desde siempre fue la fiesta de los nobles, de los artesanos y de todo el pueblo. El sábado de Pascua sale el cortejo del Ayuntamiento llevando a la Virgen del Prado, a la que todos los pueblos de la comarca, incluida Talavera de la Reina, llevan ofrendas. Estas ofrendas son básicamente la cera y se llaman mondas, y adoptan formas distintas, según cada pueblo. Fiesta de interes turístico regional.
Gastronomía
Ciudad de la Cerámica
Patrona de la ciudad: La Virgen del Prado
martes, 12 de mayo de 2009
Puente de hierro (Puente de la Reina Sofía)
Basílica de Nuestra Señora del Prado
Puente romano
lunes, 11 de mayo de 2009
Iglesia del Salvador
Puerta de Sevilla
Iglesia de Santiago El Nuevo
Torres Albarranas
Iglesia de Santiago El Viejo (Santiaguito)
Iglesia de Santa María La Mayor "La Colegial"
El interior del templo sorprende por lo magnífico de sus proporciones. Sus tres naves son de altura desigual y de seis tramos cada una. Las columnas se componen de ocho columnillas menores que se separan en sendos nervios al llegar a las bóvedas. Aunque se perciben mal por la altura a la que se encuentran, los capiteles se adornan con bustos humanos, ángeles e incluso formas femeninas. La capilla mayor estuvo decorada por un gran retablo que tenía siete metros de ancho por catorce de altura con cincuenta y ocho pinturas y tres estatuas de Cristo Crucificado, San Juan y la Virgen. Este edificio conserva los restos de Doña Leonor de Guzmán, favorita de Alfonso XI y del insigne Fernando de Rojas.
Sus monumentos
Breve historia
Importante ciudad situada en las fértiles vegas del Tajo y el Alberche. Famosa por su cerámica desde hace siglos y por sus ferias de ganado. En la actualidad cuenta con la más numerosa población de la provincia de Toledo y segunda de Castilla la Mancha, solo superada por Albacete, siendo una ciudad agrícola, industrial y ganadera que conserva algunos monumentos de gran interés artístico.
El asentamiento sobre el que hoy se alza Talavera estuvo originariamente habitado por tribus carpetanas y se llamó Aebura, según relato de Tito Livio al narrar la batalla que en el año 181 a.C. tuvo lugar entre carpetanos y romanos. En época romana toma el nombre de Caesarerobriga y más tarde los visigodos la nombraron Ebora.
Durante los siglos III y IV d.C. la Caesarobriga romana sobresale como ciudad agrícola y ganadera, con el culto al diosa Ceres y la abundancia de villas como la de Saucedo en Talavera la Nueva.
En época visigoda, Liuva II regala a Talavera una imagen de la Virgen en el año 602, a la que se denominó Virgen del Prado. Tarik conquistó la plaza para los árabes en el año 712, bautizándola Talavaira y fundó en ella un valiato que dependía de Córdoba. Se elevó la muralla y se construyo el alcázar en el año 937 por mandato de Abderraman III. Alfonso XI la conquistó, dándole dos alcaldes, uno árabe y otro cristiano. Alfonso XI le puso el apellido de de la Reina al donársela a su esposa Maria de Portugal. Sancho IV le concedió el privilegio de la celebración de las ferias de ganado en 1294. En 1369 Enrique VI la concedió al Arzobispo de Toledo, Gómez Manrique, a cambio de la villa de Alcaraz.
Fue reconquistada en el siglo XII por Alfonso VI, para retornar a poder de los almorávides. Su conquista definitiva por las tropas cristianas ocurrió en el inicio del XIII. La ciudad quedó bajo el dominio de doña María de Portugal, en el siglo XIV, al contraer matrimonio con Alfonso XI. De ahí viene el nombre de Talavera de la Reina.
Fue ésta una época feliz para la cuidad. Los reyes le otorgaron privilegios feriales; se reconstruyó el viejo puente romano, destruido por los árabes en su retirada hacia al sur, y Talavera se consolidó como importante centro económico.
En los siglos XV y XVI las Ferias de Talavera se fortalecieron, se asentó la actividad ceramista y creció la riqueza agraria, artesanal y comercial. En esos siglos dorados nacieron aquí gentes como Fernando de Rojas, autor de la Celestina, o como fray Hernando de Talavera, consejero real, que examinó los proyectos marítimos de Colón, como presidente de la Junta de Salamanca.
En el siglo XVII, como la generalidad de las ciudades españolas, Talavera sufrió una grave crisis y pérdida de población, que se detuvo merced al negocio sedero el XVIII. Pero luego vino la decadencia de la seda, la cerámica e incluso los desastres bélicos de la Independencia.
A partir del siglo XIX volvió a Talavera la urbanización general del país, el ferrocarril, la recuperación del sector cerámico, su ubicación al lado de las vías de acceso a Portugal y Extremadura, etc., han beneficiado al lugar. Lástima que ese impulso no haya servido para cuidar el viejo casco urbano y los bellos monumentos que aún se hallan – a veces pidiendo a gritos unas inversiones de restauración- en medio de un urbanismo decadente.